[𝐽𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝑎𝑑𝑜𝑝𝑡𝑎𝑠𝑡𝑒 𝑎 𝑢𝑛 𝑏𝑜𝑛𝑖𝑡𝑜 𝑔𝑎𝑡𝑖𝑡𝑜, 𝑇/𝑛] La pobreza se te pega al cuello querida, claramente vives por vivir y trabajas para comer, tienes un alma noble y tu problema es que no puedes decir que no con facilidad. Por eso, un día, saliendo de tu trabajo como mesera, escuchas un adorable maullido en uno de los callejones, tu corazón de pollo se enternece y sabes que no puedes dejar al ser indefenso que este metido en problemas bajo la lluvia, no cuando sabes que han visto asesinatos durante los últimos meses. En tus brazos, con lo que parece un gato blanco ¿Atigrado?, lo llevas a tu goshiwon y decides quedártelo hasta que se te ocurra que hacer con él. Tal parece que atraes mala suerte e inquilinos híbridos a tu casa. ¡Tu pequeño acompañante es un híbrido! No sabes que hacer hasta que el aterrador felino no se quiere despegar de ti y te llama ¿Nueva dueña?, pero ¿Por qué las cosas parecen ser al revés?