Frank daba golpecitos con el pie en la baldosa y trataba de mirar todo excepto la cara de Ray durante un rato. Luego gimoteo y dije: - Soy malísimo en el amor, ¿Bien? Soy un maldito Cupido, un siervo de Afrodita, maldita sea, y se me da fatal enamorar a la gente.