Las madres suelen estar locas. Nos gritan por todo, por hablar, por no hablar, por comer, por no comer. Nadie entiende a esas mujeres, pero la mía sí que está dañada. ¿Un novio diez años menor? ¿Lo ven? Está demente. Es es un idiota inmaduro, un patan todas mías, un niño bonito y rico, un maldito Dios griego esculpido con mazo y cincel por dios, un hombre jodidamente perfecto... ¡No! Un patan y punto, solo un patan. Lo odio... ¿Lo amo?