¿Cuántas veces nos hemos resistido a aceptar la realidad? ¿Cuántas veces nos hemos esforzado por controlar lo que está fuera de nuestras manos? ¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de haberlo o no hecho? Y no importa, porque seguimos aquí. Siguiendo tercamente lo que nos daña como una polilla sigue a la luz. Porque a pesar de que no somos necesarios para vivir, el dolor se ha convertido en una parte esencial para continuar. Conociendo la verdad, me pregunto si esto es lo correcto. ¿Realmente quiero mantenerte a mi lado aun sabiendo que fue un error conocerte?