Que el cuello de Reo le pertenezca. Su útero, su interior mojado y apretado también. Que su aroma a lavanda tan jodidamente soporifero y embriagador igual entre en las cosas de su propiedad. Que no haya un solo átomo de ese Omega que no sea suyo. Ese es el deseo del Alfa de Nagi. Un Nagi que no piensa, siente. No escucha las palabras de Reo, en cambio se fija en lo deliciosa que suena su voz entrecortada mientras le entierra la polla hasta lo más profundo de sus entrañas. Adora interrumpir su habla, con una estocada cada vez más fuerte y certera que la anterior. Ah... Porque la arqueada espalda de Reo perlada en sudor es tan bonita. ✰Omegaverse ✰Narración explícitaAll Rights Reserved