Si vieras lo que has hecho conmigo, parece eterno el recuerdo de tus ojos sobre los míos, dos estrellas iluminando la oscuridad de mi alma, no lo entiendo, solo pasó, como saber que dirías una y otra vez que no. Te tuve frente a mi un millón de veces y otra más, y justo al final supe que nunca te vi en realidad, porque cuando detuve mis pasos ante ti entendí lo que era realmente la beldad. Entiende que no es mi culpa querer más que una amistad.