A menudo me encuentro atrapada en las notas de mi guitarra, donde las emociones fluyen como ríos de recuerdos y anhelos, esperando encontrar su armonía. Soy Carolina, y esta es mi historia: una travesía a través de la soledad, la amistad y el descubrimiento de mi verdadero yo.
Desde pequeña, sentí que era una espectadora en mi propia vida, observando cómo los demás se conectaban mientras yo permanecía al margen. Pero todo cambió cuando un viaje escolar me dio la oportunidad de abrir mi corazón. Lo que al principio parecía un simple momento de diversión se convirtió en un camino lleno de sorpresas, donde encontré amigos inesperados como Lucas y el peculiar gordito del grupo. Con ellos, comencé a desentrañar las capas que me protegían del mundo exterior.
A través de mis reflexiones, comparto mi lucha por encontrar mi lugar, mi voz y la valentía para enfrentar el rechazo y las cicatrices del pasado. Aprendí que la verdadera belleza se encuentra en la conexión humana, incluso en los momentos de desolación y dolor. Cada amistad, cada giro inesperado, me enseñó que lo que parece roto puede dar lugar a la melodía más hermosa.
Aquí, cada cicatriz cuenta su propia historia y cada conexión resuena en lo más profundo de mi alma.
Historia de Ovidio Guzmán López.
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No había forma de que un amor tan prohibido acabara bien, aún así Ovidio Guzmán y Atenea Salas creyeron el uno en el otro, o eso parecía...
En el amor y en la guerra lo que importa es la lealtad, cuando está se traiciona no queda más que pelear.
El le confiaba a ella su vida, pero no la de su familia.
Ella le confiaba a el su muerte, pero no la de su gente.
Un consejo de su padre nunca lo dejaría caer, de un ratón no solo tiene el apodo y su sangre Guzmán le daría la agilidad