Nicolás y Ailyn se conocieron en una animada discoteca, donde la música y las luces brillantes crearon un ambiente lleno de energía y emoción. Fue en medio de la pista de baile donde sus miradas se encontraron por primera vez, y en ese instante, algo especial se encendió entre ellos. Nicolás quedó cautivado por la belleza y la alegría contagiosa de Ailyn. Su sonrisa radiante iluminaba la habitación mientras se movía al ritmo de la música. No pudo resistirse a acercarse y entablar una conversación. Ailyn también se sintió atraída por Nicolás, su carisma y su actitud amigable la hicieron sentir cómoda desde el primer momento. Sin embargo, lo que comenzó como un amor vibrante y prometedor se vio amenazado por una apuesta impulsiva que Nicolás hizo con sus amigos. En un momento de debilidad, aceptó una apuesta que implicaba separarse de Ailyn y alejarse de sus sentimientos hacia ella. La apuesta parecía inofensiva en ese momento, pero pronto se convertiría en una barrera entre ellos. El amor entre ellos se volvió complicado y doloroso. Los momentos de felicidad y conexión se vieron eclipsados por la sombra de la apuesta. Ailyn, decidida a proteger su corazón, decidió alejarse de Nicolás, aunque cada fibra de su ser anhelaba su presencia. El amor entre ellos se volvió complicado y doloroso. Los momentos de felicidad y conexión se vieron eclipsados por la sombra de la apuesta. Ailyn, decidida a proteger su corazón, decidió alejarse de Nicolás, aunque cada fibra de su ser anhelaba su presencia. Ambos sufrieron en silencio, añorando lo que solían tener, mientras la distancia se hacía cada vez más grande entre ellos. El amor que una vez los unió se convirtió en una herida abierta, recordándoles constantemente la apuesta que había fracturado su relación.