Todos tenemos algo o alguien por quien luchar, vivir, morir o matar.
Sin saberlo, sus destinos parecían estar entrelazados desde muy temprana edad, y aunque el príncipe nacido con el ojo de los dioses suponía ser el mito del que habló alguna vez el conquistador; él no podía caminar solo hacia su destino.
Ella fue su luz.
Su amor silencioso.
Su refugio en medio del caos.
Su inocencia...
Esta es la historia que revela cómo nació lazo forjado mucho antes del deber, antes del dolor, antes del honor. Antes del primer beso.