Albus ya se había acostumbrado a las visitas repentinas y nocturnas de Grindelwald. Sabía que intentaba convencerlo a unirse al bando oscuro, siempre lo rechazaba, por más que lo quisiera. Debía negarse y traicionar sus propios deseos. Esa noche, Grindelwald no tenía los mismos planes en mente.All Rights Reserved
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