Sherlock no sabe que hay fuerzas mayores a la de un criminal o una mente maestra... Pero llegará a averiguarlo cuando se interne en el mundo de la magia y santería.
Sherlock está perfectamente bien estando solo, pero tras la insistencia de Irene y Molly de que tener una pareja lo hará más "feliz", Sherlock termina por ceder, sin saber lo que lo espera en aquella cita a ciegas.