Lo oscuro se vuelve confuso, para después desarrollar una extraña conexión entre víctima y verdugo, el miedo, se convierte en "amor". La cautividad de repente se transforma en un refugio, y la dependencia hacia el verdugo sale a flote.
La cruda realidad se distorsiona, haciendo que la mugre se convierta en divinidad pura. Provocando sentimientos que no deberían de existir, un amor que no existira. El temor se mezcla con el deseo provocando ganas de probar algo nunca antes visto. Ese sentimiento perverso que fascina enrolla a la víctima.
Pero no siempre, sucede esto, la sed de venganza puede superar cualquier sentimiento, en especial cuando te quitan lo más importante de tu vida. Los sentimientos no se manejan, ni tampoco se puede evitar, pero si podemos ignorarlos y girar la cara para otro lado.
La cordura se estaba desvaneciendo, estaba a punto de desaparecer, pero cuando alguien te abre los ojos, y te muestra la porquería de persona que tienes al frente, todo tu ser se convierte en otra persona.
¿Realmente estaba dispuesta a someterse a un amor que nació del secuestro?
¿El amor realmente puede florecer en el cautiverio?
Todo se puede remediar, en especial cuando te das cuenta que tu corazón siempre ha estado envenado.