¿Alguna vez habéis visto un eclipse? Aquel momento en el que algo tan delicado, frío y solitario como la luna, se cruza con el objeto más radiante de nuestro espacio, ese momento en el que el familiar calor y luminosidad del Sol pierde su rumbo y se acerca para acariciar la delicadeza de la Luna, ese momento en el que ambas figuras prometen amor frente a toda la humanidad. Mina era mi Sol. Yo era la Luna. Y juntas éramos aquel eclipse.