- Nunca nos pelearemos por un hombre. - dijo Diana mirándome a los ojos. - nunca. - le respondí. - primero hacemos un trío antes que separarnos por un imbécil con una polla. - le dije y ambas reímos. Diana era mi mejor amiga, nos conocimos en la universidad y desde entonces hemos sido compañeras de piso. Diana era una chica tierna y muy simpática con un gran corazón, me preocupaba mucho por ella, ya que vivía metida en sus libros, idealizado hombres que no existían en la vida real, yo era más extrovertida, me gustaba vivir mi vida y pasarla bien, no me fiaba de los hombres, era mucho más fácil ganarse la lotería que hacerse con mi corazón, eso hasta el momento solo lo habia conseguido Diana era una lastima que me gustará tanto el pene, si no seguramente ya estaríamos casadas. pero el destino nos convirtió en mejores amigas, yo la protegía a ella y ella me protegía a mi, siempre íbamos a estar la una para la otra. Era curioso que el destino nos hubiera hecho tan buenas amigas cuando eramos tan diferentes.