𝐄𝐋 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈Ó 𝐒𝐄𝐑.

Aegon II Targaryen, el primer vástago del rey Viserys Targaryen y su esposa, la reina Alicent Higthower.

Aegon, "EL USURPADOR" "EL BORRACHO" fue el triste legado que dejó sin precedentes. Una lágrima salió apresurada del rostro del joven rey cuando sintió que su alma dejaba el cuerpo malherido que estaba tendido sobre el trono de hierro. Y por primera vez se pregunto, ¿valió la pena? Su respuesta fue clara... "No."

Lloro amargamente mientras viajaba para encontrarse con el desconocido, sin dolor, sin miedo, pero si son un resentimiento para sí mismo. Se culpó profundamente por todo, y se juro a sí mismo que se aferraría al pasado para toda la vida.

Pero los dioses se apiadaron de su caótica y angustiada alma, y cuando pensó que su vida se acaba, entonces, unas dulces manos lo sujetaron, y sus ojos se encontraron por primera vez. Un amor único e inexplicable. El amor de una madre que si deseaba que fuera suyo.

Rhaenyra Targaryen.