A fuego lento
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Sedang dalam proses, Awal publikasi Mar 09, 2015
¿Qué hacer cuando te pasas de copas y no recuerdas nada de lo que pasó la noche anterior? 
¿Tomarte unas aspirinas? ¿Darte una ducha? Es lo que se suele hacer.
Para Alice todo estaba bien hasta que se encontró con un cuerpo musculoso husmeando en su nevera. A ella le podían robar de todo pero menos su comida, repito ¡Menos su comida! Nadie le roba comida a una chef, nadie.
Eso no era todo ¡Había tenido sexo con un desconocido! O bueno, es lo que ella pensaba y su mejor amiga de toda la vida  no la ayudaba mucho con lo que le contaba.  Vamos, encontrar a alguien semidesnudo, andando por la casa, hasta ustedes lo habrían pensado. En un chiz chaz aquel desconocido yacía en el suelo inconsciente. ¿Mató Alice a aquel hombre ''Agradable para la pupila femenina'' o se convertirá en su delirio insaciable?
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Sexualmente Tóxico

50 Bagian Lengkap Dewasa

La atracción puede aparecer en el momento menos esperado, en el lugar menos oportuno... y en la forma más devastadora. Siempre sentí curiosidad por todo lo relacionado al sexo: esa conexión natural, espontánea y sutil que tanto se menciona. Sin embargo, durante años, ningún hombre logró despertar en mí esa chispa que otros describen como deseo, pasión o desenfreno. Me bastaban juegos inocentes. Nada más. Nada profundo. Hasta que lo conocí. Un solo cruce de miradas bastó para que mi cuerpo ardiera y mi mente se desconectara. Su físico, su mirada, su sonrisa... todo en él era una provocación imposible de ignorar. Lo que no sabía era que al abrir la puerta de ese deseo prohibido, no solo descubriría mi lado más sensual, pasional y adicto, sino también una relación tan intensa que rayaría en la toxicidad. Sin compromisos. Sin promesas. Sin sentimientos. Solo sexo. Solo adicción. Él despertó mi piel, mi hambre, mi placer... y mi necesidad. Una necesidad oscura, peligrosa. Una de la que no sabría -ni podría- escapar. Porque hay adicciones que marcan más que cualquier droga. Y la mía... Era él. Era su cuerpo. Era su veneno. Él era, y siempre será... sexualmente tóxico para mí.