Oh la dulce mala costumbre de vivir en una familia emocionalmente destruida. Una madre con dependencias emocionales, un padre que habla más de la cuenta pero, para comunicar cosas importantes se vuelve mudo, la abuela y las tias que con el refugio de la religión critican a quien se les ocurra, un hermano que tiene demasiada libertad pero, ansiedad social y una prima condenada a ser el reflejo de cada una de las mujeres de la familia. Y yo que tengo ataques de pánico y una depresión constante intentando estudiar sociología. Todo encerrados en la misma casa y sin ni un poco de interés, a parte del mio para ir a una fregada terapia toditos juntos por que nos urge hablar. Espero sea de su agrado, Nash Maquiavelo. Todos los derechos reservados, esta prohibida toda replica, alteración o publicación en otros sitios // forma física sin mi previa autorización.
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