Durante toda su vida pasó comiendo de las sobras que los demás votaban, recibiendo comentarios grotescos de parte de la sociedad, siendo humillado y denigrado de la peor manera. Pero jamás se quejó de absolutamente nada, porque el destino era de esa forma; podía jugar en contra de ti, ser caprichoso y darte por donde más te duele, pero aún así, regalarte la felicidad en donde menos te lo imaginabas. Por ello, Yoongi era un vagabundo con tan solo un propósito en su decepcionante vida: Cuidar de su hermano pequeño sin importar las dificultades.