En la vida real nada es tal y como nos la pintan en las películas. Ni las misiones secretas, ni el amor y mucho menos las habilidades sobrenaturales. Siempre nos presentan a personas con poderes como superhéroes, capaces de controlar sus poderes.
Capaces de vivir con ellos.
Capaces de utilizarlos para ayudar a las personas o, si las intenciones no son buenas, destruirlas.
En el caso de Luna, una chica que puede parecer aparentemente normal, las intenciones sí son buenas, pero, ¿será capaz de soportar toda la presión que supone comenzar a ser otra persona? ¿Qué pasará en el momento en el que empiecen a aparecer sentimientos jamás experimentados? ¿Podrá mantener en secreto su identidad en aquel lugar lleno de gente?
Lo intentará, pero no será fácil.
En cuanto se adentre en el oscuro mundo de Las Doce Lunas todo será diferente. Aprenderá lo que es la libertad estando encerrada, lo que es el amor y la amistad. Pero, sobre todo, aprenderá a identificar esa estrecha línea entre el destino y las casualidades.
Descubrirá que nada, absolutamente nada, es lo que parece.
❝Hey, roja; estoy enamorado de ti.❞
Él le manda notas. Ella las recibe.
Él se expresaba mediante sus letras y ella nunca pensó enamorarse de esa manera.