(fragmento) Bastó, una gota de sangre humana que, al entremezclar con la nuez de coco, formó un potente alucinógeno. Al momento entró KeiSky en un profundo sueño. Para su fortuna halló sin querer la Perla de la nuez de coco. Un apocalíptico encuentro que denotaba su estirpe real. Solo una pretendiente al trono de la isla Cebú podía aspirar al reino.