Miro por última vez mi cuarto. Cuarto en el que alguna vez jugué con mi padre, cuarto al que me hermano solía venir en las noches a leerme un cuento ya que mamá nunca tenía tiempo, cuarto en el que llore días y noches por su muerte, cuarto en el que me encerraba a lastimar mi cuerpo para escapar del dolor mental, cuarto en el que una vez me intenté quitar la vida pero no fui capaz. Lo cierro con llave dejando momentos tan felices y otros tan tristes, lista para huir de la casa que se convirtió en un lago de recuerdos amargos y dolorosos.