Cumpliendo con el mismo papel de los clichés románticos que me gusta leer, apenas la ví sentí un ansía por querer conocerla, aunque eso provocara un desastre a mi alrededor. Ella tenía el poder de destruirme en cualquier momento, sin embargo, prefirió tomar mi corazón y hacerlo sentirse seguro, a pesar de que este nunca había querido amar a alguien como a ella. Ella se había convertido en mi única excepción. Se podría decir que era mi alma gemela, pero aún siendo el caso, eso no nos evitaría tener problemas, supongo. Las almas gemelas no siempre terminan estando juntas, algunas llevan más golpes que otras. Pero existen aquellas, que aún luego de una tormenta, logran ver salir el sol para sí mismas. Esta es una historia que no sigue el verdadero orden cronológico de los hechos, que quizás sufrió muchos cambios, y que posiblemente, fue mal contada, pero que aún así, relata lo que fue para mí La Única Excepción.