En los abismos más profundos del Tártaro, un destino oscuro aguardaba a un ser divino como ningún otro. Will, un dios nacido con el don de la absorción, la lealtad, la traición y el engaño, fue abandonado sin piedad por su propio padre, Poseidón, dios de los mares. La envidia que consumía al dios del océano fue suficiente para apartar al recién nacido de su lado, condenándolo a un destino solitario en el reino infernal.