En una sociedad que rechaza a los omegas varones, Gulf logra cumplir su sueño de ser profesional y entra, después de muchos años, a enseñar en una escuela de la ciudad. Asignado como profesor de historia, nada podría arruinar ese perfecto primer día de clases o eso creyó hasta que el destino le recordó por qué los omegas nunca son profesores en una secundaria.