La noche, tan misteriosa como silenciosa, llena de tristezas y alegrías. Curiosa por lo que llegara al día siguiente, y temerosa por la cruel realidad. El único alivio que tenemos de la solitaria noche son los cálidos rayos de sol del día, pero cuidado, a veces el día es tan peligroso como la cruel noche. Esto no trata de la noche, si no de los pensamientos. Pensamientos que el manto de la noche nos provee, pensamientos que son de los más coherentes hasta los más abstractos.