- En presencia de todos los invitados, finalmente los declaro... - Mencionó Mintaka antes de secarse una lágrima de emoción que estaba a punto de arruinar su maquillaje. Antes de finalizar su oración las puertas del gran salón se abrieron estrepitosamente, lo que provocó que más de la mitad de los invitados voltearan a descubrir el origen de aquél escándalo, incluidos los novios y la enorme fila de damas de honor... - ¿¡Hay boda y nadie me avisó!? - Se escuchó desde las puertas. Todos vieron al grandioso Apolo con la respiración agitada, algo despeinado y en un traje color crema que estaba mal abrochado, a pesar de aquellos desarreglos muchos de los chicos y chicas soltaron un suspiro al ver al ardiente hombre, pero se sobresaltaron al escuchar desde el otro extremo a la organizadora de la boda reclamar con bastante enojo - !Por todos los dioses, señor Apolo!, ¿¡No podía entrar de manera discreta a esta boda!?