Soy popular. Creo que esa es una buena forma de comenzar mi historia. Tengo amigos populares en la secundaria, también tengo "súbditos", por así decirlo, que hacen todo lo que yo hago e intentan ser como yo. Tengo padres divorciados, pero mi madre siguió adelante y se casó con alguien que la quiere. Tengo un hermano mayor con el que me llevo estupendamente. Y por último, todos los chicos de la escuela babean, literalmente, cuando paso cerca de ellos. Cumplo con los requisitos necesarios para que sea popular pero hay un problema, un problema que solo mis mejores amigos, mi familia y yo conocemos, por el cual es raro que sea popular. Y ese problema es que... ¡NO SOY UNA FRESITA!