-Lo siento se- que soy un desastre, un maldito desastre pero -de verdad lo estoy intentando-, quiero ser el principe azul -que te mereces, tu príncipe azul y se que lo estoy haciendo mal, pero nunca pensé en ser mejor persona hasta que llegaste tú, eres demasiado para mí y no imaginas lo aterrador que es imaginarme estar sin ti ahora. - su voz sonaba casi como un susurro, como suplicando que me quedara, pero algo dentro de mí me dice completamente lo contrario, contradiciendo todo lo que he sentido en estos meses, alegando que nuestro amor no sería posible, y que lo mejor sería, por mucho que me doliera... dejarlo pasar...
- Por favor Maddy, solo... no te vayas, te lo suplico, te necesito, más de lo que nunca he necesitado a nadie, te quiero, es más, te amo, más de lo que nunca podré amar a nadie, por favor, eres lo mejor que ha podido pasarme y no puedo renunciar a tí así como así, por favor, te juro que intentaré arreglarlo todo y que haré todo lo que esté en mi mano para recuperarte, pero por favor, no te vayas, dame al menos una oportunidad para mejorar... para hacerte sentir la reina que eres ante mis ojos... Por favor...
Cuando eres una chica nada normal ni nada corriente, que intenta vivir contra todas las adversidades de su vida, pero es sacada de casa y no gentilmente qué digamos.
Y solo le queda empezar a trabajar con un multibillonario de niñera, sin saber los secretos y las mentiras oscuras que este guarda, quedando atrapada en estas que se vuelve una cadena invisible alrededor de su cuello que cada vez tiene más peso.
Eso no es lo único Melody con tal de conseguir la cura para el asma, termina en un matrimonio arreglado con nada más ni nada menos que el Sr. Deces.