-Lo siento se- que soy un desastre, un maldito desastre pero -de verdad lo estoy intentando-, quiero ser el principe azul -que te mereces, tu príncipe azul y se que lo estoy haciendo mal, pero nunca pensé en ser mejor persona hasta que llegaste tú, eres demasiado para mí y no imaginas lo aterrador que es imaginarme estar sin ti ahora. - su voz sonaba casi como un susurro, como suplicando que me quedara, pero algo dentro de mí me dice completamente lo contrario, contradiciendo todo lo que he sentido en estos meses, alegando que nuestro amor no sería posible, y que lo mejor sería, por mucho que me doliera... dejarlo pasar...
- Por favor Maddy, solo... no te vayas, te lo suplico, te necesito, más de lo que nunca he necesitado a nadie, te quiero, es más, te amo, más de lo que nunca podré amar a nadie, por favor, eres lo mejor que ha podido pasarme y no puedo renunciar a tí así como así, por favor, te juro que intentaré arreglarlo todo y que haré todo lo que esté en mi mano para recuperarte, pero por favor, no te vayas, dame al menos una oportunidad para mejorar... para hacerte sentir la reina que eres ante mis ojos... Por favor...
No crei que el amor me llegaría a los 24, mucho menos que era una niña de 17.
¿Problemas?
Uno: es menor.
Dos: es hija del pastor.
Tres: a mi hermano le gusta.
Cuatro: ¡es mi alumna!
Y cinco: es una chica...
Aunque lo último a mi no me importaba.
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En edición.
Finalizada.
Mi gato es el autor 🐱