En la mejor etapa de su carrera como dramaturgo, Liam Foster carea con el intento de suicidio de su hija. Así que, junto a ella y su perro, emprende un improvisado viaje con rumbo desconocido para tratar de hacerle frente a la tragedia. En el camino, padre e hija tendrán conversaciones en las que mostrarán su vulnerabilidad y naturaleza respecto al amor, respecto a la muerte; tratando de aceptar el dolor que conlleva ser golpeado por ambos y la tristeza de dejar ir.