Cuando la gente piensa en felicidad, normalmente piensa en dinero, joyas, coches de lujo, mansiones, estar rodeado de gente atractiva, fama, etc. En resumen cosas materiales. Cuando se pierde todo eso, es cuando nos damos cuenta de que el dinero no se come, el dinero no te abraza, no te da los buenos días, no te sonríe, no te cuida, no te da calor... y mucho menos, oxígeno para respirar. Todos piensan que hay que ser muy idiota para perderlo todo, que hace falta mucho tiempo para que se logre una desgracia de tal magnitud, pero no hace falta tanto tiempo. Yo, yo lo perdí todo en tan solo un verano.