30 parts Complete Hay amores que nacen como una chispa fugaz y otros que arden lento, como una llama que se niega a apagarse. Lo nuestro... fue una tormenta de sensaciones contenidas, una carrera sin meta fija, dos corazones acelerando en paralelo.
A veces me pregunto si todo fue inevitable. Si el destino ya lo tenía escrito desde aquella primera vez que lo vi entrar al salón de clases, con su chaqueta de cuero y su sonrisa descarada. John Turner. El chico que se convirtió en mi mejor amigo, mi cómplice, mi todo... y al mismo tiempo, el que me enseñó cuánto puede doler amar en silencio.
Lo amé con cada latido, con cada mirada que duraba un segundo más de lo permitido, con cada roce accidental que me dejaba temblando por dentro. Y aún así, durante años, me obligué a esconderlo. Por miedo. Por él. Por lo que el mundo esperaba de nosotros.
Pero hay algo que aprendí con el tiempo: las almas gemelas pueden tardar en encontrarse, pero nunca se pierden. Y cuando el destino decide, ni la homofobia, ni el orgullo, ni el miedo más profundo pueden detener lo inevitable.