19 partes Continúa ¿Qué pasaría si Harry Potter no hubiera sido dejado con los Dursley?
¿Qué pasaría si, tras la muerte de Lily y James, el niño con la cicatriz no hubiese sido criado como un mártir, sino como un Black?
En esta historia alternativa, el destino del mundo mágico da un giro profundo cuando Walburga y Orion Black, viejos guardianes del linaje puro, encuentran al niño en las ruinas de Godric's Hollow y deciden reclamarlo como propio. No lo crían con ternura ni compasión, sino con disciplina, frialdad y ambición. Harrison Orion Black, como es renombrado, es instruido desde que pronuncia su primera palabra: etiqueta, protocolo de sangre pura, magia avanzada y filosofía oscura. La piedad no forma parte de su educación. La grandeza sí.
Walburga no quiere que sea como sus hijos. No un traidor como Sirius, no un inútil como Regulus. Quiere un heredero digno del apellido Black. Y Harrison cumple.
Mientras el mundo mágico cree que el Niño Que Vivió está oculto entre muggles crueles, ajeno a su fama y destinado a ser guiado por Dumbledore y la Orden del Fénix, la realidad es otra: ese niño ha sido formado por manos frías, ojos calculadores y siglos de ideología ancestral. Y cuando llega a Hogwarts, ya no es un niño. Es una pieza maestra en movimiento.
Siempre puede estar solo pero, en esta historia conocerá a su igual a alguien que aprenderá todo por estar a su lado, cambiando todo de si para ser digno de Harrison.