Cuando sus celos por la amistad de Bell Cranel con Aiz llegan a un punto de ruptura, Lefiya recurre a la idea de seducirlo con el único propósito de hacer que no se interese en Aiz y dejar a la espadachina para ella. Recibiendo el consejo de las gemelas Tione y Tiona, Lefiya empuja ansiosamente a un Bell denso y demasiado inocente a su habitación para seducirlo. Odiando su falta de idea, ella toma la iniciativa y termina gustándole su sabor más de lo que pensó que le gustaría, lo mismo podría decirse de Bell, quien sintió una chispa por la niña elfa que lo llevó a un juego salvaje en el dormitorio y los sentimientos cambiaron