Yeonjun se siente vigilado, sin importar dónde esté. En la universidad, en el trabajo y, recientemente, hasta en su casa. No puede explicarlo, pero algo en él se lo dice: está en peligro. El único que sabe que sus miedos no son paranoia pura, es Beomgyu. El responsable de todo. Nunca podía tener suficiente de Yeonjun.