Cuando un niño enfrenta la pérdida de cabello debido a la quimioterapia, el camino puede ser duro. Pero con empatía y apoyo, podemos ayudarles a enfrentar este desafío. Validar sus sentimientos, ofrecer soluciones prácticas como las pelucas, cuidar su piel, mantener sus relaciones y establecer nuevas rutinas son algunas de las maneras en que podemos ayudarles. Los grupos de apoyo también pueden ser una fuente invaluable de fortaleza y comprensión.