Nos aferramos a momentos de alegría, esperando que duren para siempre, pero la triste realidad nos desafía, recordándonos que nada es eterno en esta corriente. La felicidad parece un espejismo, que se desvanece cuando intentamos tocarlo, y en su lugar, nos invade un abismo, una sensación de desencanto y desamparo.All Rights Reserved
1 part