Valentina lleva una vida relativamente normal, se levanta en las mañanas para ir al trabajo, paga sus cuentas, declara impuestos y aún siente nervios para pedir una pizza por teléfono. Para muchos es una rutina aburrida y discreta, alguien más del montón; pero para ella es perfecto, sin ser vista por nadie. Y es que Valentina huye de sus problemas. Pedro vive una vida completamente diferente, llena de reflectores, entrevists, viajes y cuentas anonimas opinando de su vida como si fuera de uso público. Para el no era perfecto pero son las consecuencias de su trabajo. En un punto sus vidas se cruzan, y empieza una encrucijada entre seguir sus sentimientos o la vida adulta que tenían antes de conocerse.