Shura ya no podía aguantarlo mucho más. Después de ver a su mejor amigo de la infancia y su antiguo amor vivo otra vez, se negaba a salir de su templo, no podía ver al heleno a la cara. Estaba demasiado arrepentido y no se merecía estar cerca de él, pues este pensaba que sería un estorbo. Pero Aioros tiene un plan. ¿Cuál será? ¿Corresponderá los sentimientos del pelinegro? Habrán muchas dificultades en el camino que los espera.