Anna es una mujer inquieta, incapaz de conseguir el equilibrio en su vida, empeñada en llenar su diario de experiencias bonitas, en las que no se reflejen sus frustraciones.
En esas páginas quiere plasmar cada noche, justo antes de irse a dormir, lo mejor que le ha sucedido ese día, si es que realmente ha ocurrido algo interesante. De este modo, sin darse cuenta, comienza a recopilar sus peripecias vitales, seleccionando primero lo positivo, y maquillando después lo negativo, para no estropear el relato, que necesita mantener un estilo deslumbrante, como si fuese uno de esos anuncios tan atractivos que ella escribe cada día en su trabajo.
El resultado de todo esto es que el diario de Anna está impregnado de ironía, aderezado con un sutil sentido del humor, salpicado con algún momentito dramático, de esos que solo se aprecian leyendo entre líneas.
Anna se considera todo un personaje, aunque con un papel secundario. Tiene muy claro que va a seguir soñando, y no parará hasta que llegue a ser protagonista, al menos de su propia vida.
Esta es una historia sobre una chica y su complicada vida.
Sobre la amistad.
El destino.
Las tragedias.
Sobre las mentiras que nos decimos a nosotros mismos para poder mantener la ilusión y las que les decimos a los que amamos para poder protegerlos.
Sobre el precio que se paga cuando se toman decisiones.
Pero sobre todo, es una historia sobre el amor y sobre la esperanza a la que nos aferramos cuando ya no queda nada por aferrar.
Después de un suceso que cambia la vida de toda su familia, Alexia se encuentra haciéndose cargo no solo de sí misma, sino también de la casa y sus hermanas pequeñas.
Sin padres a la vista, con dos niñas a las que cuidar y con las facturas acumulándose, es inevitable no preguntarse:
¿Es posible ser feliz en el peor de los tiempos?
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Mi hermosa portada fue realizada por: @MapesBooks