"Podría haber sido como un claro de luz, pero, cariño...nos hemos dejado en medio de la lluvia a mitad de la noche".
Aroa escribe, escribe lo que siente, lo que piensa, escribe aquello que no puede decir con su voz.
Incapaz de entender un lenguaje que no fuera el suyo pero con muchas cosas por decir.
Y luego está Aysel, aquella chica por la cuál Aroa se desvive intentando entender otras palabras que no sean las suyas.
Y escribe, la chica que dibuja mariposas, escribe para entender.
Creo que se ha quedado escribiendo para alguien que no va a volver.
Me metí en este juego de alto riesgo por una sola razón: salvar a mi hermano de una deuda que lo estaba consumiendo. Pero nada podía prepararme para lo que encontré al entrar en este mundo de apuestas y secretos. Mi hermano estaba allí, pero no estaba solo. Y entonces, mi corazón se detuvo al ver una cara que creía haber olvidado para siempre... la de mi ex pareja.