Mi madre siempre me decía que si tenía sueños tendría que hacer lo que fuera para cumplirlos. Mi madre me decía que si alguien pensaba que lo que yo quería era imposible tendría que demostrar que es posible. Pensé que mi vida ya no tenía sentido y que después de tantas cosas horribles que me habían pasado ya no tendría nada que hacer. Estaba a punto de rendirme cuando mi vida dio un giro inesperado e hizo que, a pesar de todo, me volviera invencible.