Angelina Rose McMillen. 24 años. Asesina serial. Nació en Staten Island, pero fue criada por su padre adoptivo en la ciudad de Bronx, Nueva York. Su belleza era indescriptible. Podía silenciar las palabras necias de cualquier sujeto. Sus rasgos faciales eran finos, los músculos de su cara hacían que su rostro fuese delgado e inocente, maquillando con carne propia, la identidad y la mente suya. Angelina se volvió la asesina más buscada de todos los tiempos, cometiendo su primer crimen a los 17 años de edad. Era la mujer más fría que los ojos y la presencia de una persona pudiesen haber percibido antes, aunque cada persona tiene su punto débil. Su criptonita. Su talón de aquiles. El de Angelina, era la persona que ella jamás imaginó que pudiese domar sus demonios internos. Nunca antes en la historia se había visto tanto odio, ni tanto sadismo dentro de la mente de una hermosa mujer.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.