2018. Último verano de secundaria
Shotaro Kaneda, líder de una pandilla de motociclistas, vivía al borde del abismo. En su camino, se cruzó con dos chicas de Tokiwadai, Espers con poderes para controlar mentes. Una brillaba, la otra era oscuridad pura. Eran todo lo que Kaneda no podía entender, pero lo quería de todos modos
Biohacker. Deadlock. ¿Qué mierda eran esas palabras?
Ambas estaban perseguidas por organizaciones que querían apoderarse de su poder. Y Kaneda, atrapado en esa espiral, no podía escapar
-¿Qué vamos a hacer, Kaneda? -preguntó Mental Out, una sonrisa peligrosa cruzándole la cara
Kaneda la miró, el fuego en sus ojos. -Vamos a pelear
-¡Maldita sea, es una cuestión de honor! -gritó Mental Stinger, el veneno en su voz haciendo el aire más espeso
Las dos chicas se miraron, una chispazo de locura entre ellas. Kaneda lo entendió: este momento era su destino. Un destino hecho de violencia, poder y deseo. Y por primera vez, no quería huir