No luchan por el Emperador No luchan por su país. Decididamente, no juegan limpio... Si tienes un trabajo tan peligroso, tan suicida que incluso hace retroceder de terror a los hombres más valientes, ha llegado la hora de llamar a Reiner Hetzau y sus Corazones Negros. Hombres convictos, condenados a morir ahorcados, los Corazones Negros tienen una posibilidad de salvación. En el Viejo Mundo hay muchas tareas oscuras que deben llevarse a cabo por el bien de la humanidad, y los Corazones Negros son la escoria perfecta para ese cometido. Su última misión los lleva hasta un remoto fuerte fronterizo. Ha cesado toda comunicación con el bastión y las autoridades imperiales comienzan a ponerse nerviosas. Si ha caído bajo un ataque enemigo, podría ser el aviso de una invasión. ¿O acaso el propio comandante del fuerte se ha convertido en delincuente? Los Corazones Negros sólo pueden estar seguros de una cosa: ¡lo tienen todo en contra y puede que no regresen con vida!