22 de Mayo en la escuela detrás de los baños, pude verte con la pequeña botella blanca sobre tus finos labios y ese liquido que siempre me había parecido tan asqueroso, hasta que tu mismo me hiciste tomarlo, aquel instante en que tus ojos oscuros se pusieron en mi y mis piernas se sentían tan débiles cuándo escuche que levantaste y te dirigías a mi, alcé mi rostro y en el espejo delante te vi. Si hubiera sabido que todas las noches del mes siguiente dormiría junto a ti, créeme que me habría acercado yo mismo a tomar de esa botella.