Después de que unos de los matones de Kim Myeong-gil apuñalara a Woo-jin, Geon-woo, con todos sus sentimientos en mano, quiso confesarle, lo mucho que sentía por él, antes de perderlo.
Genos y sus sentimientos confusos sumados a su hábito de tomar todo lo que Saitama decía como una ley del universo lo impulsaron a tomar la firme decisión de confesar sus sentimientos hacia su maestro, quien no tiene ni idea de lo que pasa por la cabeza de su joven cyborg.