"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", ese es un dicho muy popular pero tarde o temprano nos damos cuenta de lo doloroso que es, y no por perder algo que creías que sería tuyo para siempre, sino que muchas veces no lo perdemos por que así lo queremos sino porque las circunstancias nos obligan a dejarlo ir. Yo me equivoqué y mucho, te amé o incluso me atrevo a decir que aun te amo, pero no como tu querías, no como tu necesitabas ser amado. Y al final sin darnos cuenta, tu me consumiste y yo te lastime. No era un amor sano, pero era nuestro.