¿Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto? sí. Era esa clase de dolor que no desaparecía con una pastilla ni pasaba de un día al otro. Dolía y lo sentía porque el dolor tenía un lugar físico en mi cuerpo, mi corazón. Siempre fui esa chica que no le gustaba cualquier carilindo. Siempre un extremo o el otro, o no me gustaba nada o me gustaba demasiado. Así paso con Louis. Sus chistes, su risa, su manera de hablar, besar en fin, todo de él me llevó a que me enamorara perdidamente. Un año de noviazgo. No tenía ojos para nadie, sólo él y nadie más que él. También un año para enterarme que hace 6 meses, él estaba con otra. Tenía una doble vida. Llegué a la conclusión de que no la odiaba a ella, lo odiaba a él. Todavía recuerdo sus llamadas llorando pidiendo perdón, Niall a segundos de golpearlo porque no paraba de venir a la puerta de mi casa golpeando desesperadamente por hablar conmigo. Pero lo juro, no podía, no podía perdonarlo. Me sentía... ¿decepcionada? ¿Traicionada? No. Sentía un dolor interno, sentía el corazón roto. Desde ese momento, grandes cambios llegaron a mi vida. ¿Hombres? Iban y venían, no me importaban, solo quería disfrutar el rato y ya, si te he visto no recuerdo. Eran como un pañuelo, los usaba y cuando ya no servían, los tiraba. Sabía que esa no era la solución ¿Pero qué más da? Enamorarse dolía. Mi vida era así y no tenía intenciones de cambiarla, pero de repente apareció el, con su tímida sonrisa, ojos mieles y mejillas fáciles de sonrojar. "... Hola soy Li... Liam, Liam Payne" dijo un poco nervioso.
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