Vivía atrapado en la monotonía de su propia existencia, rodeado por una oscuridad que no era tragedia, sino algo peor: el vacío. Su vida, aunque admirada por muchos, le sabía insulsa, carente de propósito. Hasta que, en medio de aquel hastío, apareció ella, una luz inesperada que atravesó las grietas de su reserva.
La vio durante un recreo cualquiera. Lucía estaba rodeada de amigos, con una risa que llenaba el aire, y una autenticidad que desafiaba las máscaras del mundo. No había falsedad en ella, ni un ápice de la superficialidad que Lorenzo apreciaba. Era tan brillante, tan genuina, que algo en él despertó, como si esa chispa le revelara una verdad absoluta: ella era todo lo que importaba.
Desde ese instante, Lorenzo supo que su vida no le pertenecía más. Su amor por Lucía lo consumiría por completo, llevándolo a los extremos más oscuros y peligrosos. Haría lo que fuera necesario para tenerla, para fundir su existencia con la de ella. Serían un solo nombre, un solo destino, sin importar el precio.
En su mente, ya no existiria nada más. Solo Lucía.
[Obra de mi propiedad]
[Completa]
[99.305 palabras]