El amar de Afrodita ©

«El hecho de dibujar su rostro con mis manos me erizaba la piel y sentía sentimientos queriendo ser descubiertos, pero solo tenia que pintar sus pecas y sus ojos verdes para darme cuenta lo que sentía por ella. »

Kyleigh vivía en las letras de las canciones de Taylor Swift, en los libros de romance y de mitología, y en su casa obviamente. Donde no faltaban las risas, pero sobraban las quejas de su mamá. Tenía sus metas planeadas: donde se iba a casar, en que pais iba a vivir, como iban a llamrse sus hijos, con quien iba a casarse (spoiler: está obsesionada con Luke Hemmings). Y como no, le salió el tiro por la culata cuando se levantó a las 2 am y vió a su "primo" sin camisa.
Por otro lado, Rhys adoraba montar su moto y joder a su hermana, ese era su día a día y aunque no andaba en cosas ilegales le decían "bad boy" en la escuela, siempre quiso mentalizarse de que era por su forma de vestir. Él y su hermana después de varios años que habían pasado decidieron volver a New York, donde tenían parte de su familia, pero con lo que menos se esperó encontrar fue a la inspiración de sus pinturas.
Y aunque al principio era odio, término siendo peor (pero de la buena manera)